"Ojos que no ven..."

Dormir en una casa vacía y terminada a medias, te da tiempo de pensar. Pensar en aquello que te llena, en aquello que te falta.

Hoy estoy viviendo un momento de inconstancia. Momentos en donde la inconstancia se hace constante. Y esa falta de serenidad, tan riesgosa, hace que uno se acostumbre a vivir pasando por alto la vida. Me siento como anestesiado. Viviendo en este nuevo mundo en donde las cosas deben ser resueltas, no importa como, y el miedo es que en ese vertigo, la gente se me pasa de largo. Es tan angustiante, sentir que nadie me significa lo suficiente, tan angustiante como seguro. Y ese es el riesgo. Tengo, es cierto, mis pocas personas, mis pocos momentos, en donde, o con los cuales, la voragine se detiene, y puedo escuchar; en donde puedo escucharme.

Pero esta tan vivo todavía el recuerdo de las lastimaduras, que la desconexión con la que vivo, es casí inevitable.

Y a riesgo de caer en vivo ejemplo del refran "el que se quema con leche, ve una vaca y llora", me siento desconexo, alejado.

Feliz, por un lado, por todo lo que ultimamente me esta rodeando. Pero sabiendo a ciencia cierta que nada de todo eso vale del todo, si uno no puede llegar al final del día, y compartirlo, así sea con una leve sonrisa y una mano franca tendida hacía el otro.

Será cuestión de encontrarse con gente, capaz de ver mas alla de lo que uno muestra por lo bajo.

Y a la vez, no estamos todos, inmersos en esa lucha cotidiana? No somos todos, parte de este circulo vicioso de guardarnos los aces debajo de la manga?

¿No será cuestión de jugar sin saber si vamos a perder la proxima mano?