18.11.08

"La puerta de chapa"

Siendo de confianza, la encargada del edificio limpia parsimoniósamente, las casas de algunos de los inquilinos.
Como cualquier mediodía de Martes, Alicia le golpea la puerta al 2do B. Pero este Martes nadie le responde. Desde mi casa (El 2do A) puedo escuchar, desde hace media hora, el llamado de Alicia.

- ¡Abuela..! ¡Abuela..! - La puerta de chapa resuena ondulandose bajo el puño agrietado de la encargada. A medida que el tiempo pasa y nadie responde, el silencio libera un azar sombrio.

Golpean mi puerta.

Yo, que he estado observando la escena refugiado bajo la confortante manta de mi mirilla, atiendo a sabiendas de lo sucedido.

- La abuela no responde. ¿No podría usted llamar a Norma, la del consorcio, que tiene las llaves? -
- Si, claro. - Digo. Aunque por dentro quisiera no verme involucrado en una escena de tan tragico final anunciado.

Poco tiempo despues llega Norma. Con manos temblorosas se desespera en poner la llave en el cerrojo. La puerta se abre y el final es el previsto.

La abuela yace muerta en el suelo, abrazada por un charco de pis. El sonido del televisor con el programa de la tarde, repleto de aplausos y alegria, contrasta mortuoriamente con la escena. Pareciera ese sonido una ridicula burla hacia la abuela. Un olor fétido y humedo embadurna las paredes y las cajoneras. Al parecer la abuela ha muerto luego de hacerse encima y patinarse sobre su propia orina.

Patinarse sobre su propia orina.

El final de una mujer que ha vivido noventa y pico de años. Una mujer que fue madre, que cocinó almuerzos, que fue amiga, que rió contando chistes, que lloró por desamor, que se sonrojó, gritó, cogió, votó 22 Presidentes, arregló costuras, abrazó nietos.

Murió patinandose sobre su propia orina.

Poco tiempo despues, el SAME y la policia.

Vuelvo a mi casa perplejo y con mi remera sucia de silencio. Atino apenas a sentarme y prender un cigarrillo.

¿La abuela hubiera vivido de la misma forma cada día de su vida si hubiese sabido que el final que le aguardaba era morir patinandose con su propio meo?¿Hubiera vivido con tanta dedicación si hubiese sabido que le esperaba una muerte tan solitaria y ridiculamente deshonrosa?

Y consumiendome en una última pitada de cigarrillo, me doy cuenta. La muerte, esa perpetua desconocida que ronda callada cada uno de nuestros dias, no tiene nada de honorable. No existe manera alguna de morir honorablemente. Solo se puede, en el mejor de los casos, vivir honrando la vida.

9 opinaron al respecto:

carmela dijo...

¡Me encantó!

Fue una divina mezcla de humor negro, ternura y tragedia.

Me gustó mucho. No se si puedo decir más.

¡congratulations!

(q.e.p.d)

m. dijo...

"Murió patinandose sobre su propia orina."

Perdón, pero cuando leí eso no pude evitar cagarme de risa.

Quizás no hayan formas honradas de morir, pero si formas pelotudas. A mi seguro que me toca una de esas.

Me gustó, seguí así.

Tefilina dijo...

me hiciste acordar algo... después escribiré al respecto...

y si... las cosas hay que hacerlas en vida...

Una vez me rompí el codo por salir corriendo para atender el teléfono y pisarme las medias. No me morí, pero fue un accidente poco honorable. También me corté el tendón de un dedo por una torpeza...

Me temo que mi muerte va a ser estúpida... en grande.

Anónimo dijo...

¿y que estamos esperando para convertir esto en un corto?

LolaPapallona dijo...

Muy bueno, muy bueno...

jiim dijo...

Una mezcla muy interesante. Una historia tragicómica. Sensacional, como siempre.


Pero al final, la reflexión que nos deja pensando a todos, por supuesto, no podía faltar. Y cuando predés tu cigarrillo, yo también prendo uno y pienso cómo moriré y si tendrá algo que ver esa maldita droga que me está consumiendo la vida, de a poquito.


Salud!

Unknown dijo...

Ay, yo a veces debería llamarme al silencio, eh. Sobre todo cuando comento en un blog que me gusta por primera vez. Pero no lo puedo evitar, che. Bueno, ahí vamo':

Me venía encantando el relato (encantando de emocionada, se entiende), hasta la palabra "meo".

Buéh... sí... soy medio llorona.

Ya haré quizás otros comentarios más interesantes.

Saludos bienintencionados.

Luli dijo...

Si de muertes bizarras hablamos, la abuela de un compañero murió de un ataque de estornudos.
Si hablamos de honrar la vida, muchas veces me pregunto cuántas vidas creemos que tenemos como para no hacer en esta lo que realmente tenemos ganas.

Qué estés bien!

Anónimo dijo...

No me digan que me voy a morir?????
La puta digo!!!!!!!!!!!
Yu historia me conmovió, me desesperó, hizo revisarme.
Gracias.