En los momentos mas oscuros,
mas endebles,
en los segundos mas frios de la noche fria,
en el recuerdo sepia que interrumpe el sueño
y lo convierte en pesadilla.
En la muerte mas silenciosa,
que tiñe de ruido el amanecer del día.
En el anochecer melancolico que despide a dos ojos pardos
que acompañaron al sol a las nubes y al desencanto.
En el fango del pasado...
En el crudo hastío del final...
Solo un compañero.
Solo un guia.
Solo una mano se tiende para apuñalar a la melancolía.
Solo uno... y no hay engaños.
Solo yo... para mí... por mí.
Por nadie mas.
A nadie mas mi llanto.
A nadie mas mi café, ni mis silencios, ni mis brazos.
Solo yo.
Y fuera el resto...
Siempre fuí yo.
Las gracías al amigo.
La palmada al padre.
La sonrisa al hermano.
Pero solo va para mí este abrazo...
Y entonces, con mis manos enlazadas en la espalda encuentro una nueva luz que me ilumina.
Y no es la mia. Es alguien mas. Un regalo pequeño, que me da descanso... que agradezco... pero repito...
Es para mí este abrazo...
Me lo quedo.
No esta a la venta.
No lo doy en comodato.
No hay lugar para reclamos.
Solo yo... el resto, es vacio, es la nula nada misma, que hoy decreto muerta, mientras cae rodando el último suspiro del quebranto.
Hoy mato por decreto al pasado.
ya estoy curado, anestesiado
ya me he olvidado de ti
hoy me despido
de tú ausencia,
ya estoy en paz.
ya no te espero,
ya no te llamo,
ya no me engaño,
hoy te he borrado
de mi paciencia,
hoy fui capaz..